25/3/09

Tocando en la herida

Un miércoles cualquiera, mientras estás en casa tranquilamente, sin hacer nada y haciendo todo a la vez, sin acordarte de nada en particular, pero de repente suena un telefono,llega un mensaje, un mail, tienes un comentario...¿quién es? primero sientes algo de ilusión pensando quien se a acordado esta vez de ti, quien quiere compartir alguno de sus valiosos segundos contigo, lees el nombre, y el estómago te da un vuelco, justo quien menos te esperabas, justo el/la causante del dolor que estaba ya casi olvidado o al menos no presente las 24 horas al día, con lo agusto que estabas con el distanciamiento, viendo que eras capaz de seguir tu vida sin esa persona en tu entorno, y empieza sa recordar y como no, la tristeza vuelve a llamar a la puerta, y aunque no la abras, logra colarse por un arendija y se acomoda a tu lado.
Se desanda lo andado y se vuelve a empezar, esta vez con algo más de peso, el peso que provoca el dolor prolongado.
Que puntualidad ahora que estaba tranquila que tu existencia no me perturbaba vuelves a dar señales de vida. esperanzadoras pero punzantes, y se siguen clavando...

¿¿ALGÚN DÍA DEJARÁS DE DOLER??

16/3/09

lo echo de menos...

Es complicidad, sonreir tontamente, suspiros que se onfunden con la brisa que acaricia mis pestañas, que abanica mis pensamientos en los que solo está esa persona.
Alguien con quien poder hablar de todo, lo que me inquieta o lo que me hace feliz, lo que me gusta y lo que no me gusta tanto, alguien para fundirme en sus brazos, y sentir el calor de su aliento.
Ya no recuerdo como son esas mariposas en el estómago, los nervios antes de volver a ver su mirada, y el trabajo que cuesta el soltar su mano en las despedidas, hace mucho que no lo siento, y me pregunto si lo volveré a sentir.
Todos los dias observo por si el destino me hace una señal pero no la distingo, y me consuelo pensando que si tuviera lo que quiero lo volvería a dejar marchar una vez más, a pesar de no querer! es miedo a lo desconocido, a lo que el destino me ha ido negando, miedo a conseguir ser feliz.